Bizcocho saludable de avena y limón
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Desayuno, merienda, postre
Cocina tradicional9 ingredientes
Para 6 personas.
- 3 huevos
- 360 gramos de harina de avena
- 1 yogur natural griego sin azúcar
- Media medida del vaso de yogur de azúcar moreno
- Media medida del vaso de yogur de aceite de oliva virgen extra
- 1 limón (zumo y ralladuras)
- 1 sobre de levadura en polvo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Frutos secos y copos de avena para decorar
Opciones
■ La harina es más saludable si es integral, pero se puede utilizar cualquier otra de avena.
■ El yogur griego puede ser del supermercado o bien uno preparado en casa a partir de leche y yogur griego.
■ En caso de no tener azúcar moreno no pasa nada, el blanco sirve igualmente, e incluso se podría sustituir por la misma cantidad de miel.
Preparación
En 10 pasos muy rápidos que no son nada difíciles, incluso para personas que no tienen experiencia alguna en elaboración de bizcochos u otros postres.
1 En un bol, mezcla todos los ingredientes líquidos: huevos, yogur, aceite, azúcar, zumo de limón y ralladuras y esencia de vainilla. Remueve bien hasta integrar todos los ingredientes.
2 En otro bol mezcla la harina y la levadura.
3 Incorpora estos ingredientes secos al primer bol, tamizando la harina poco a poco, removiendo hasta obtener una masa homogénea.
4 Por último, puedes incorporar unas pasas, trocitos de nueces picadas y/o semillas de girasol, removiendo bien para que queden bien integrados en la masa.
5 Precalienta el horno a 180 grados con calor arriba y abajo.
6 Unta un molde con mantequilla y espolvorea con harina.
7 Vierte la masa en el molde e introduce en el horno.
8 Decora con pasas, nueces y copos de avena o semillas.
9 Hornea durante 25- 30 minutos. Comprueba pinchando con un palillo, si sale seco, el bizcocho estará listo.
10 Deja enfriar y desmolda.
Consejos
■ Para degustar este bizcocho con todo su sabor y frescura, es mejor hacerlo en cuanto alcance la temperatura ambiente. A medida que pase el tiempo irá perdiendo propiedades, como suele pasar con casi todas las preparaciones.
■ En caso de querer guardarlo para más tarde, conviene meterlo en un táper, con un papel de cocina en el fondo y una vez que se haya enfriado. También se puede envolver en film de cocina o en papel de aluminio. Lo importante es que no pierda la humedad.