Galletas de avena, coco y chocolate sin harina
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Postre/Snack
Cocina tradicional8 ingredientes
Para 4 personas (aprox. 12 galletas).
- 140 gramos de almendra molida
- 100 gramos de copos de avena
- 70 gramos de azúcar moreno
- 70 gramos de pepitas de chocolate negro
- 50 gramos de coco rallado
- 50 ml de aceite de oliva
- 1 huevo
- 1 cucharada sopera de esencia de vainilla
Opciones
■ La almendra molida suele encontrarse en casi todos los supermercados, pero también es posible obtenerla moliendo almendras en casa. Se puede cambiar por otros frutos secos molidos o utilizar una mezcla de varios de ellos.
■ La avena en copos da lugar a una textura más gruesa e interesante que si se tratara de harina de avena, pudiendo utilizar también copos de trigo, de centeno, o una mezcla de ellos.
■ Si no se tiene azúcar moreno se puede utilizar igualmente azúcar blanco, pero teniendo en cuenta que el sabor será más pobre. Se puede sustituir por la misma cantidad de miel, pero esto añadirá muchos matices al sabor y aroma de las galletas.
■ El chocolate negro es el más saludable de todos, pero para esta receta se podría utilizar cualquiera, al gusto de cada uno.
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Consta solo de 4 pasos muy sencillos, sin necesidad de disponer de utensilios especiales y utilizando un único electrodoméstico: el horno.
1 En un bol mezcla los ingredientes secos y luego añade el huevo, el aceite y la esencia de vainilla y remueve bien todo con ayuda de una espátula.
2 Prepara una bandeja de horno con papel vegetal y precalienta el horno a 180 grados.
3 Con ayuda de dos cucharas, haz bolitas con la masa y aplástalas ligeramente sobre la bandeja hasta lograr una forma de galleta.
4 Hornea durante 12-15 minutos y luego ponlas a enfriar sobre una rejilla.
Consejos
■ Estas galletas de avena están más sabrosas poco después de prepararlas, justo cuando alcanzan la temperatura del ambiente.
■ Son ideales para llevar y comer a media mañana o en la merienda, ya que son muy nutritivas y saciantes.
■ Para conservarlas durante más tiempo en perfecto estado, hay que guardarlas en un táper en un lugar fresco y seco. También es posible en un plato bien tapado con un papel de aluminio.