Rosquillas de naranja sin mantequilla
Esta receta de rosquillas de naranja sin mantequilla, seguramente será de tu agrado. Las rosquillas son suaves y esponjosas, y están llenas de sabor a naranja, por lo que son ideales para disfrutarlas en cualquier momento del día: desayuno, merienda o postre. Además, esta receta es una opción más saludable para aquellos/as que buscan reducir su consumo de grasas, al no contener mantequilla.
Por otro lado, esta es una receta apta para principiantes en repostería. Es fácil de seguir y no requiere de mucho tiempo ni ingredientes complicados. ¡Manos a la obra!
8 ingredientes
Para 4 personas.
- 2 huevos
- 2 naranjas (zumo)
- 250 gramos harina de trigo
- 4 cucharadas soperas de azúcar
- 1 taza pequeña de aceite
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- Azúcar glass para decorar
Opciones
■ La harina de trigo que se utilizó en esta receta fue la blanca, convencional o refinada, pero se puede experimental con harinas integrales o de otro tipo de granos, como la avena.
■ El azúcar puede ser blanco, moreno o incluso panela, pero al igual que en el caso e la harina, el cambio puede afectar bastante al sabor y a la textura.
Preparación
Muy fácil, en 7 pasos que cualquiera puede realizar en su cocina, sin caras amasadoras ni aparatos especiales.
1 En un bol bate los huevos con el azúcar, el zumo de las naranjas y el aceite.
2 Mezcla la levadura con la harina y tamízalas.
3 Ve añadiendo harina poco a poco y amasando hasta formar una masa blandita.
4 Deja reposar unos minutos y forma rosquillas. Puedes hacer primero una bolita con las manos y luego hacer un agujero en medio.
5 Pon una sartén al fuego con abundante aceite de girasol y fríe las rosquillas unos minutos por cada lado.
6 Sácalas de la sartén y ponlas en una fuente con papel abosorvente para eliminar el exceso de aceite.
7 Espolvorea azúcar glass por encima.
Consejos
■ Estas rosquillas de naranja están mejor si se consumen justo después de haberlas preparado pero cuando han alcanzado la temperatura ambiente.
■ Como casi todas las rosquillas, se conservan muy bien por varios días, dentro de un táper o envueltas en un papel de aluminio, y sin necesidad de frigorífico.